Sudamina, una afección de la piel

Casi todos la hemos padecido alguna vez, especialmente los niños, y en algunos casos puede llegar a ser realmente molesta. Sí, te hablamos de la sudamina o miliaria, un sarpullido que se produce cuando los conductos del sudor se obstruyen debajo de la piel; al quedar retenido, el sudor causa una inflamación que acaba produciendo una erupción, con múltiples granitos o puntos rojos.

Es una afección bastante común de la piel que afecta fundamentalmente a los menores de dos años y recién nacidos.

¿Cuáles son los síntomas de la sudamina?

Se caracteriza por la aparición repentina de un sarpullido superficial (como pequeñas ampollitas blancas, transparentes o rojas) causado por un exceso de sudoración. Esta erupción cutánea, por lo tanto, es más frecuente en verano, periodos de calor y climas húmedos, aunque a veces puede surgir también en los meses de invierno cuando se abriga excesivamente a los más pequeños.

La sudamina es una alteración leve de la piel, que no suele producir dolor, picor excesivo, molestias ni fiebre al bebé, y tardará poco tiempo en desaparecer sin tratamiento, siempre que se eviten los factores que la desencadenan.

¿Dónde aparece habitualmente?

Suele presentarse en zonas del cuerpo donde se produce y se retiene el sudor, esto es, en pliegues, corvas, cuello, ingles, zona del pañal, abdomen o espalda tras el sueño, extremidades, etc.

Según sea su gravedad, podemos distinguir 3 tipos de sudamina o miliaria:

  • Cristalina: Es el tipo más leve y se manifiesta superficialmente con pequeñas vesículas llenas de líq0uido, similares a gotas de agua.
  • Rubra: Es la forma inflamatoria de la miliaria. Los conductos sudoríparos se inflaman en respuesta al calor y el sarpullido adopta un color más rojizo.
  • Profunda: Las glándulas sudoríparas se obstruyen más profundamente y se infectan. Es el más grave de miliaria y se caracteriza por la aparición de pústulas y vesículas pruriginosas, rojas y molestas. Esta complicación de la miliaria, típica de las zonas tropicales, no suele ser habitual en bebés.

¿Cómo podemos evitarla?

Llevando a cabo los siguientes consejos:

  • Vestir ropa ligera, mejor de algodón y holgada.
  • Evitar el uso de cremas demasiado grasas y de talcos (obstruyen los poros).
  • Reducir la sudoración todo lo posible y tratar de mantener la piel fresca.
  • Evitar los ambientes calurosos y húmedos.
  • Procurar un entorno seco y fresco al bebé.
  • Si ha aparecido el sarpullido, refrescar al bebé bañándole en agua tibia.
  • Aplicar sobre la erupción paños tibios y secar dando ligeros golpecitos, sin frotar.
  • No utilizar jabón o usar uno neutro especial para pieles sensibles como la del bebé.
  • Observar especialmente a bebés y niños, ya que son los más propensos a padecerla, por lo que es importante cumplir estas premisas especialmente con ellos. 

Si la sudamina se prolonga por más de tres días o resultara molesta al niño, es recomendable acudir a su pediatra. Cualquier otra duda, en Comat Matronas estaremos encantados de resolvértela.


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