El sueño del bebé
El sueño cuando nacen
Cuando nacen, los bebés no traen un manual de instrucciones ni de uso debajo del brazo. No poseen un botón de ON/OFF. Dormir también se enseña y se aprende. Pero, ¿cómo?
A pesar de la gran información que existe sobre el sueño infantil, conseguir que el bebé duerma todo lo que tenga que dormir, a la hora apropiada y sólo, es un desafío que sigue manteniendo a muchos padres muy despiertos y sin sueño. Toneladas de métodos, teorías, e incluso de técnicas milagrosas, poco hacen para que los padres puedan probar el placer de apoyar la cabeza en la almohada y dormir una noche entera.
Hasta los cuatro meses de vida, los bebés duermen una media de 16 horas al día. A partir del cuarto mes más o menos es cuando necesitarán que les echemos una mano para conciliar el sueño. Es ahí cuando se debe emplear una rutina.
Cada bebé se reconforta de una forma diferente. Algunos con canciones, otros con un masaje o con el calor y la mecedora de los brazos de la madre.
La rutina es un conjunto de actividades que sucesivamente deben ocurrir siempre a la misma hora y que terminan cuando el bebé está dormido en su cuna.
Cosas que puedes hacer antes de llevar al bebé a su cuna:
1. Báñalo siempre a la misma hora.
2. Dale un pequeño masaje con la crema hidratante, si es posible con un masaje relajante.
3. Vístelo con su pijama, a la vez que puedes hablarle en voz baja.
4. Ofrécele el pecho o el biberón, o papilla o puré, dependiendo de la edad que tenga el bebé, haciendo una caricia en su mejilla.
5. Ponlo para eructar, con unos suaves golpes en su espalda.
6. Con él en brazos, cántale una canción de cuna o nana en un ambiente cálido y tranquilo, sin prisas ni estrés. Recuerda que el bebé sentirá todo lo que sientes.
7. Cuando notes que el bebé está relajado, ponlo en su cuna, arrópale y espera silenciosamente que él se cierre los ojitos y se duerma.
La rutina perfecta
Cada niño y cada familia son diferentes, así que la rutina que puedas crear será la rutina perfecta. Lo importante es que sea algo que relaje a tu bebé y que pueda ser repetido casi todas las noches. Aunque es mejor empezar desde pequeños e irla cambiando gradualmente de acuerdo a los gustos y la edad de tu bebé, nunca es tarde para que empiecen a tener una por muy corta o simple que sea. Lo importante es ser consistentes, si no, ¡no sería una rutina!
¡Dulces sueños!
La salida de los primeros dientes del bebé
¡Uno de los momentos más esperados por los padres es la aparición de los primeros dientes del bebé! Un proceso que generalmente empieza entre el quinto y el octavo mes de vida, aunque hay niños a los que les salen antes (incluso algunos nacen con ellos) y a otros no les aparece el primero hasta pasados los 12 meses.
En la dentición temporal, los dientes suelen aparecer cada cuatro meses. Así, si el primer diente asomó a los cinco meses, los siguientes tipos de dientes saldrán con intervalos de unos cuatro meses.
Orden de aparición aproximado de los dientes de leche
- Dientes incisivos inferiores: entre los 5 y los 12 meses.
- Dientes incisivos superiores: entre los 7 y los 10 meses.
- Dientes laterales superiores e inferiores: entre los 9 y los 12 meses.
- Primeros molares superiores e inferiores: entre los 12 y los 18 meses.
- Caninos superiores e inferiores: entre los 18 y los 24 meses.
- Segundos molares inferiores y superiores: entre los 24 y los 30 meses.
Un reciente estudio publicado por la revista oficial de la Academia Americana de Pediatría, asocia su aparición a algunas molestias: mayor irritabilidad, incremento de la salivación, mucosidad nasal, pérdida de apetito, diarrea, sarpullidos y trastornos del sueño.
Conocer lo que puede ocurrirle a tu hijo cuando le empiecen a salir puede contribuir a que este proceso sea menos doloroso. ¡Toma nota de estos consejos!
Cómo aliviar las molestias de los dientes del bebé
- Mantén la carita del bebé siempre limpia y seca. El contacto de la baba con la piel del bebé puede causarse eczemas, sarpullidos e irritación
- Pon un empapador en su almohada. Sería conveniente poner un tejido liso debajo de cabeza del bebé mientras esté durmiendo para que absorba sus babas.
- Frota las encías del bebé con la yema de un dedo limpio, para calmar el dolor que siente el pequeño.
- Compra un mordedor. Ofrece al bebé algo que él pueda morder, una goma dura, aros y anillos de goma o mordedores fríos (no congelados). Que sean seguros.
- Ofrece a tu bebé algo frío. Los líquidos, gelatinas u otro alimento frío, incluso un pañuelo frío, suelen suavizar el dolor.
- Gel para las encías. Bajo la autorización médica, se puede aplicar un gel para encías, soluciones tópicas o medicamentos analgésicos, antiinflamatorios o antipiréticos, en el caso de que el bebé esté muy irritable o tenga fiebre.
- Cariño, comprensión y tranquilidad al bebé. Estar al lado del bebé, acurrucarle en brazos y darle mucho cariño le reconfortará.
Se trata de algo genético que no se puede acelerar de ninguna manera, ¡por lo que conviene tener paciencia!