El método Poyet
Qué es
El Método Poyet es un método de terapia manual craneosacral, también denominado osteopatía informacional, basado en la palpación y modificación del Movimiento Respiratorio Primario (MRP) craneal y su armonización a través de las manos del osteópata, en un intento de restablecer el equilibrio natural del cuerpo, mediante suaves manipulaciones.
La Terapia Craneo-Sacra es tan suave que está indicada para bebés, niños y personas mayores al igual que para adultos.
- CRÁNEO: En él se reflejan todas las estructuras de nuestro cuerpo. Sobre él realizaremos nuestro diagnóstico para saber qué tenemos que tratar.
- SACRO: Hueso tratado como entidad ósea y energética. En él realizaremos gran parte del tratamiento por su relación con el resto de estructuras corporales.
El Método Poyet recibe esta denominación en honor a su creador, Maurice Raymond Poyet, Fisioterapeuta, Osteopatía y Acupuntor, quien a lo largo de su vida, fue evolucionando en la realización de sus tratamientos hasta desarrollar una nueva y revolucionaria metodología de trabajo.
La terapia
Se encuadra dentro de las llamadas terapias holísticas, que contempla el organismo como un todo, teniendo siempre presente la globalidad del cuerpo con todas sus interrelaciones e interdependencias.
Esta terapia manual, diferente a otras técnicas conocidas hasta el momento, y a la que algunos han denominado la fisioterapia del siglo XXI, integra la eficacia de la osteopatía clásica con la suavidad en la corrección de las técnicas miofasciales.
Beneficios:
No solo se trabaja sobre estructuras lesionadas, también y quizás con mayor eficacia sobre aquellas estructuras donde existen algún tipo de disfunción, pero que todavía no han producido daño estructural.
Las dolencias más comunes tratadas son:
- Problemas de tipo respiratorio y digestivo.
- Problemas musculares y provocados por la estructura corporal del paciente: hipercifosis, hiperlordosis, escoliosis, ciática, hernias, dolor y tensión muscular.
- Alteraciones nerviosas: insomnio, hiperactividad, agotamiento, parálisis facial, tics, pitidos en los oídos y otras neuralgias.
- Cefaleas de tipo migrañoso o tensional.
- Alteraciones inmunológicas, alérgicas y endocrinas: asma bronquial, rinitis, sinusitis.
- Problemas emocionales: depresión, ansiedad.
- Dolores menstruales, desequilibrios hormonales, dispepsia, parálisis cerebral, problemas durante y después del embarazo, estrés, problemas traumáticos, de mandíbula, de vista…
Dónde acudir
Desde Comat Matronas te recomendamos sin dudarlo a Manuel Raigón, osteópata de referencia al frente del Centro Fisioterapia Manuel Raigón Luque, especializado y acreditado para el Tratamiento del cólico del Lactante mediante el Método Rubio y el Método Poyet. Dos técnicas muy efectivas y 100% libres de dolor para tu bebé.
Pide cita previa o infórmate en el 957 357 000.
http://www.fisiopoyet.com
La preeclampsia en el embarazo
La preeclampsia es una afección propia de las mujeres embarazadas, que se caracteriza por la aparición de hipertensión arterial y proteinuria, es decir, presencia de proteínas en la orina.
En realidad, estos signos funcionan como alarmas que indican que algo no va bien en el sistema arterial de la futura madre, lo que requiere un control de sus cifras de tensión para evitar que desemboque en otras complicaciones que son el verdadero peligro de la preeclampsia, entre ellas la eclampsia.
La preeclampsia únicamente ocurre en el embarazo y durante las 6 semanas posparto. Puede darse a partir de las 20 semanas, pero más frecuentemente hacía el final del embarazo.
Cuando una mujer la sufre, es posible que presente algunos de estos síntomas:
- Hinchazón en manos y cara , especialmente alrededor de los ojos.
- Aumento de peso repentino.
- Dolores de cabeza fuertes.
- Visión borrosa, luces centelleantes, pérdida parcial o total de la vista.
- Náusea o vómitos, especialmente si son repentinos y tienen lugar después de las 20 semanas de embarazo.
- Dificultad al respirar.
- Dolor en la parte superior derecha del abdomen o el hombro, sensación de quemazón en la boca del estómago.
- Confusión o simplemente sentirse mal.
Muchos de los síntomas de la preeclampsia se pueden confundir con los malestares comunes del embarazo, pero otras veces la preeclampsia NO causa síntomas. La mejor forma de detectarla a tiempo y poder controlarla es revisando la presión arterial y proteínas en la orina en los controles prenatales de rutina.
- Presión arterial. La presión arterial sana es 110/80. Si el número superior es 140 o más, o el inferior 90 o más, esto significa que la presión arterial está alta.
- Proteína en la orina. Le harán una prueba en la que se sumerge una tirita que mide la cantidad de proteínas en su orina.
Si es detectada preeclampsia, deberá llevarse un control prenatal estricto. Esta es la mejor forma de evitar serios problemas, como la eclampsia (convulsiones que pueden producir un estado de coma) o el síndrome HELLP (una complicación que afecta la función del hígado). Siguiendo las indicaciones y mediante revisiones contínuas, la preeclampsia se puede controlar. Pero en caso de no ser así, debe inducirse el parto, ocasionando que el bebé nazca de forma prematura.
La preeclampsia en el embarazo
La preeclampsia es una afección propia de las mujeres embarazadas, que se caracteriza por la aparición de hipertensión arterial y proteinuria, es decir, presencia de proteínas en la orina.
En realidad, estos signos funcionan como alarmas que indican que algo no va bien en el sistema arterial de la futura madre, lo que requiere un control de sus cifras de tensión para evitar que desemboque en otras complicaciones que son el verdadero peligro de la preeclampsia, entre ellas la eclampsia.
La preeclampsia únicamente ocurre en el embarazo y durante las 6 semanas posparto. Puede darse a partir de las 20 semanas, pero más frecuentemente hacía el final del embarazo.
Cuando una mujer la sufre, es posible que presente algunos de estos síntomas:
- Hinchazón en manos y cara , especialmente alrededor de los ojos.
- Aumento de peso repentino.
- Dolores de cabeza fuertes.
- Visión borrosa, luces centelleantes, pérdida parcial o total de la vista.
- Náusea o vómitos, especialmente si son repentinos y tienen lugar después de las 20 semanas de embarazo.
- Dificultad al respirar.
- Dolor en la parte superior derecha del abdomen o el hombro, sensación de quemazón en la boca del estómago.
- Confusión o simplemente sentirse mal.
Muchos de los síntomas de la preeclampsia se pueden confundir con los malestares comunes del embarazo, pero otras veces la preeclampsia NO causa síntomas. La mejor forma de detectarla a tiempo y poder controlarla es revisando la presión arterial y proteínas en la orina en los controles prenatales de rutina.
- Presión arterial. La presión arterial sana es 110/80. Si el número superior es 140 o más, o el inferior 90 o más, esto significa que la presión arterial está alta.
- Proteína en la orina. Le harán una prueba en la que se sumerge una tirita que mide la cantidad de proteínas en su orina.
Si es detectada preeclampsia, deberá llevarse un control prenatal estricto. Esta es la mejor forma de evitar serios problemas, como la eclampsia (convulsiones que pueden producir un estado de coma) o el síndrome HELLP (una complicación que afecta la función del hígado). Siguiendo las indicaciones y mediante revisiones contínuas, la preeclampsia se puede controlar. Pero en caso de no ser así, debe inducirse el parto, ocasionando que el bebé nazca de forma prematura.