Algunos síntomas que pueden aparecer o no en el embarazo
Los síntomas del embarazo, se convierten en muchas ocasiones en un miedo en la creencia de que son una “enfermedad” adquirida con el embarazo y no es así, estos son necesarios, porque son los que nos van a dar esa tranquilidad y los que nos van a confirmar que estamos embarazadas.
Pueden ser diversos, al principio de la gestación suelen ser los relacionados con el nivel digestivo como las náuseas o los vómitos. Hay mamás que sufren más este tipo de síntomas y necesitan tratamiento, sin embargo, es un síntoma totalmente normal.
¿Cuándo aparecen los primeros síntomas de embarazo?
A veces, los primeros signos pueden pasar desapercibidos, porque generalmente pueden confundirse con otra sintomatología o incluso con las del periodo menstrual. Los primeros signos suelen aparecer cuando el embrión se implanta en el útero hasta la 13ª semana de gestación.
Durante este tiempo, el organismo de la mamá experimenta diversos cambios y se produce un aumento de la producción de hormonas. La mayor parte de estos cambios provocan los síntomas, estos suelen aparecer entre la semana 5ª y 6ª de embarazo.
Algunos síntomas que pueden aparecer en el embarazo o no
- Pequeño sangrado vaginal: Es cuando se produce la implantación, esta puede causar un pequeño sangrado uterino, aunque suele ser un discreto sangrado vaginal y con una duración de unos 3 días. No todas las mujeres presentan esa señal y algunas de las que presentan no lo reconocen como un síntoma de embarazo, ya que lo interpretan como una menstruación que vino débil. Es importante que cualquier sangrado que surja después de que la gestante sepa que está embarazada debe ser comunicado al obstetra.
- Retraso menstrual: es el síntoma que ocurre en el 100% de los casos, el más común y el que nos da la alarma para saber que estamos embarazadas. Esta es la señal que generalmente lleva a las mujeres a hacer la prueba de embarazo.
- Cólicos o dolor abdominal: es un síntoma muy común y pueden surgir entre la 4ª y 5ª semana. Una incomodidad en la parte inferior del abdomen o una sensación de hinchazón abdominal.
- Dolor y aumento del volumen de mamas, asimismo, puede haber cambios en la apariencia de los pezones. Muchas veces, el simple acto de tocar el pecho o llevar sujetador puede ser bastante incómodo. El aumento ocurre por alteraciones hormonales que estimulan el desarrollo de las glándulas mamarias.
- Náuseas y vómitos: hasta el 70 % de las gestantes sienten náuseas en el primer trimestre y tienden a desaparecer en el 2º trimestre. Este síntoma parece estar vinculado a la producción de la hormona hCG u hormona del embarazo, que comienza a ser producida en gran cantidad cuando el embrión se implanta en el útero.
- Intolerancia a los olores fuertes: se produce una mayor sensibilidad del olfato o desarrollar la habilidad de “superolfato”. Los olores que pasaban desapercibidos, ahora se vuelven insoportables.
Un aspecto que debemos tener en cuenta es que los síntomas de embarazo no son iguales para todas las mujeres, asimismo, una misma mamá podrá tener síntomas en un segundo embarazo completamente diferentes a los que tuvo en la primera.
Lo más importante, es tener siempre presente que debemos cuidarnos y que nuestra pareja y familia tiene que acompañarnos en esta feliz etapa.
El equipo de Comat Matronas
¿Cuáles son las funciones de la placenta?
La placenta es un órgano esencial durante el periodo de gestación y comienza a formarse en el mismo momento en el que el óvulo fecundado se implanta en la pared del útero. Este ejerce importantes funciones vitales para el correcto desarrollo y crecimiento del feto, así como para su propia supervivencia.
Normalmente, se sitúa en la cara anterior o posterior del útero, sin embargo, en el caso de que la placenta se ubique en la cavidad uterina, lo que llamamos placenta previa, puede tapar total o parcialmente el cuello del útero.
¿Cómo se forma?
La parte exterior procede de la transformación de la mucosa del útero, mientras que la interior, denominada trofoblasto, se forma a partir de los blastocistos del propio embrión, estableciendo una red de vasos sanguíneos a través de los cuales el feto recibe los nutrientes que necesita.
¿Cómo funciona la placenta?
La placenta va evolucionando a lo largo del embarazo, adaptándose a las necesidades del bebé y de su desarrollo.
Aporta oxígeno al bebé
Una de sus funciones más importantes es transportar el oxígeno inhalado por su madre, difundirlo en la sangre y alcanzar el sistema circulatorio del bebé, a través del cordón umbilical.
Genera hormonas para el embarazo
La placenta es responsable de generar una serie de hormonas vitales para la buena evolución y desarrollo del embarazo.
- Progesterona: También es producida por el cuerpo lúteo de los ovarios, una glándula temporal que se produce después de la liberación del óvulo.
Durante el embarazo, la placenta se convierte en el principal productor de esta hormona. La elevación de los niveles de la progesterona permite que el cuerpo de la mujer no produzca óvulos adicionales, además, ayuda a iniciar la lactancia materna.
- Relaxina: La hormona encargada de relajar los músculos y articulaciones que permiten conseguir que estos se adapten mejor al volumen del útero, el cuál va creciendo a medida que avanza el crecimiento del feto.
Acción inmunológica
Protege al bebé frente a las infecciones, manteniendo las bacterias y los virus fuera del útero a raya. Además, también impide que el sistema inmunológico de la mamá identifique al embrión como un cuerpo extraño.
Funciona como lo haría un riñón
Al igual que los riñones, la placenta es capaz de filtrar la sangre con el objetivo de eliminar sustancias dañinas que pueden ser peligrosas para el bebé. Un ejemplo de ello son los desechos, la sangre baja en oxígeno o el dióxido de carbono.
Todas estas sustancias son eliminadas por las arterias umbilicales, pasando a la sangre de la mamá para finalmente ser expulsadas por medio de los riñones.
¿Te ha quedado alguna duda sobre las funciones de la placenta? No dudes en contactar con Comat Matronas, estamos para ayudarte.
Complicaciones más comunes del embarazo
¿Te has quedado embarazada y te preocupa tu salud? Cuando nos enfrentamos a esta etapa de la vida, es natural que nos surjan preocupaciones, sobre todo al saber que algunas mujeres experimentan embarazos de alto riesgo.
Sin embargo, informándonos bien y recibiendo cuidados prenatales desde el inicio del embarazo, disminuiremos el riesgo de que aparezcan complicaciones tanto para tu salud como para la del bebé.
Hoy en Comat repasamos algunos de los problemas más comunes que pueden surgir durante el embarazo. ¡Atenta! Si sufres alguno de los síntomas que describimos a continuación, no dudes en contactar con tu médico.
Presión arterial alta
Cuando se estrechan las arterias que transportan la sangre del corazón a los órganos del cuerpo, lo llamamos presión arterial alta o hipertensión. Si esto ocurre durante el embarazo, se dificulta el pasaje de la sangre a la placenta, lo cual puede afectar al crecimiento del bebé.
Normalmente, la hipertensión desarrollada durante el embarazo -llamada hipertensión gestacional- ocurre durante la segunda mitad y desaparece después del parto.
Si tenías la presión arterial alta antes del embarazo es muy importante que sigas controlando este problema.
Preeclampsia
La preeclampsia es una alteración de la presión arterial que suele aparecer durante el segundo o tercer trimestre. Aunque no se conocen las causas exactas, sí que hay algunos factores de riesgo:
- Es tu primer embarazo.
- Ya has sufrido preeclampsia en otra ocasión.
- Tienes antecedentes familiares.
- Padeces obesidad.
- Tienes antecedentes de presión arterial alta.
- Tienes diabetes.
Para prevenir la preeclampsia, debes comprobar periódicamente la presión arterial y, en el caso de que tengas diabetes, controlarla antes de tener al bebé.
Diabetes gestacional
Durante la 20ª semana de gestación pueden aparecer niveles elevados de azúcar en sangre. Esto puede derivar a complicaciones en la salud de los recién nacidos y un mayor riesgo postparto de obesidad, presión arterial alta y diabetes tipo 2 para la mamá y el bebé.
¿Cómo prevenirlo? Es muy importante que te mantengas saludable. Procura comer frutas y verduras, mantenerte activa y, sobre todo, moderar el consumo de azúcar durante el embarazo.
Parto prematuro
Cuando las contracciones regulares provocan la apertura del cuello del útero antes de la semana 37 del embarazo, lo llamamos trabajo de parto prematuro. Esto puede provocar un nacimiento prematuro, lo que conlleva mayor riesgo de tener problemas de salud.
Los órganos vitales como los pulmones y el cerebro del bebé terminan de desarrollarse en las últimas semanas (39 a 40), por lo que los recién nacidos prematuros necesitarán atención médica especial.
Aborto espontáneo o muerte fetal
Hablamos del aborto espontáneo cuando se pierde al bebé de manera natural antes de la semana 20 del embarazo. Algunos síntomas son cólicos abdominales, calambres o sangrado vaginal.
En la mayoría de los casos no hay manera de impedir los abortos espontáneos, ya que suelen ocurrir por problemas cromosómicos que hacen imposible el desarrollo del bebé.
Si se pierde al bebé tras la semana 20 de gestación, lo llamamos muerte fetal. Puede ser consecuencia de un problema de la mamá, de la placenta o del feto. Aunque en muchos casos la causa es desconocida, es importante que la madre se mantenga saludable para evitar enfermedades como las que hemos mencionado anteriormente.
Depresión
Aunque se trata de una afección médica tratable, es muy importante hacer un seguimiento a la salud mental de la mamá, ya que es muy común que tanto la depresión como la ansiedad aparezcan durante y después del embarazo.
Si sientes que estás experimentando algún problema de este tipo, no dudes en pedir ayuda.
¡Recuerda! Aunque en ocasiones las mamás no puedan controlar ciertos problemas durante el embarazo, siempre se pueden reducir los riesgos de sufrirlos. Además, todas necesitamos ayuda durante estos meses para informarnos lo máximo posible sobre esta etapa y para mantener nuestra mente saludable. ¡En Comat Matronas estamos contigo!
Sangrado de implantación: qué es, cuándo sucede, cuánto dura...
El sangrado de implantación sucede a muchas mujeres al comienzo de su embarazo. ¿Sabes en qué consiste? ¿Cuándo suele darse? ¿Cómo distinguirlo de la menstruación? A esta y otras preguntas, daremos hoy respuesta en esta entrada. Si te interesa el tema, no dejes de leerla.
¿En qué consiste el sangrado de implantación?
Aunque el proceso previo es mucho más complicado, digamos que consiste en una ligera pérdida de sangre que se produce tras la anidación del óvulo fecundado en la pared del útero.
¿Cuándo sucede?
Generalmente comienza entre los días 6 y 12 después de la concepción.
¿Cómo diferenciarlo de la menstruación?
Lo habitual es que se produzca unos días antes de la fecha prevista de la menstruación, sea más ligero y dure menos que ésta, adquiriendo la mayoría de ocasiones un tono marrón.
¿Es peligroso?
No. Es un proceso fisiológico normal que sucede en ocasiones como consecuencia de la implantación.
¿Cuántos días dura el sangrado de implantación?
Generalmente dura unas pocas horas o aparece de forma intermitente durante un par de días o tres. Puede durar hasta una semana, pero no es habitual que se prolongue más tiempo.
Síntomas que lo acompañan
Es frecuente que la mujer experimente los mismos síntomas menstruales, además de náuseas, dolores de tripa ye incluso hinchazón en la zona del vientre, por la misma irrigación.
Frecuencia del sangrado por implantación
El sangrado de implantación es un acontecimiento bastante habitual (20%-30% de las mujeres lo experimentan) durante el embarazo.
¿Puedo hacerme un test de embarazo?
Te recomendamos realizártelo de 15 a 20 días después la ovulación. Esperar a que haya un retraso de la menstruación hará que suban los niveles de la hormona del embarazo, si finalmente ha habido implantación.
Si los días habituales por sangrado de implantación han pasado y continúas sangrando o estás padeciendo fuertes dolores o fiebre, acude urgentemente a tu ginecólogo.
Contracciones: esas grandes desconocidas
El útero es un órgano formado por tejido muscular, es por esa razón que tiene la capacidad de contraerse, provocando contracciones a lo largo de la vida de toda mujer, en innumerables ocasiones, no únicamente durante el embarazo o parto.
Existen diversos tipos de contracciones uterinas:
- Ovulación.
- Orgásmicas.
- Menstruales.
- Embarazo.
- Parto.
- Posparto...
Hoy en Comat Matronas vamos a centrarnos en conocer un poco mejor las contracciones del embarazo, parto y posparto, por ser esenciales para que dichas fases se desarrollen con total normalidad.
Si ya has sido mamá, seguramente sepas de lo que vamos a hablarte, pero si estás embarazada ahora, estamos seguros de que saber identificarlas y conocer su utilidad te resultará muy tranquilizador.
Contracciones en el embarazo
Es frecuente que alrededor de la semana 25 de embarazo aparezcan las denominadas contracciones de Braxton Hicks, caracterizadas porque:
- No son frecuentes.
- Es muy habitual que desaparezcan al cambiar de postura.
- No siguen un patrón.
Esto es debido a que el útero empieza a crecer más rápido para hacer sitio al bebé. En la recta final del embarazo aumenta su intensidad y frecuencia para ir preparando el cuello del útero para la dilatación.
Contracciones en el parto
Aunque como ya hemos adelantado, el útero se contrae con frecuencia en la gestación, ésto tiene un significado u otro dependiendo de lo avanzado del embarazo. En la recta final es cuando aparecen las contracciones de parto, las más conocidas (y temidas). Se caracterizan principalmente porque son rítmicas, frecuentes y su intensidad va en aumento.
Normalmente, las contracciones del trabajo del parto van siendo cada vez más frecuentes, entre 3 y 5 en 10 minutos; el intervalo transcurrido entre ellas suele ser de igual duración, cada vez más regulares; la intensidad de la contracción suele aumentar; y la duración de las contracciones van extendiéndose de 30 segundos hasta unos 75 segundos, llegando a casi encadenarse unas con otras y dificultando la recuperación entre ellas, ahí la importancia de la respiración.
Contracciones en el posparto
Son lo que conocemos habitualmente como “entuertos” y se inician durante las primeras horas tras el parto, pudiendo prolongarse días. Ellas permiten a la recién estrenada mamá expulsar los restos de membranas y coágulos que pueden quedar tras el parto, pudiendo ser más intensas si la madre amamanta al bebé, ya que desencadena un mecanismo de defensa natural, disminuyendo de este modo el sangrado posparto.
Consejos de salud para embarazadas
Si estás embarazada, no puedes perderte estos consejos de salud:
ALIMENTACIÓN ↷
La alimentación durante el embarazo es uno de los cuidados a los que debe darse más importancia. El aumento de peso debe ser de entre 9 y 12 kg aproximadamente, siempre dependiendo del peso inicial de la gestante, para asegurar el crecimiento y desarrollo fetal y para que retorne a su peso previo al embarazo después de la lactancia.
Una dieta óptima debe aportar un 10-15% de la energía en forma de proteína, un 55-60% en forma de hidratos de carbono y menos del 30% en forma de grasas. No debe olvidarse que el agua es básica y es recomendable aumentar su ingesta a 1,5-2 litros diarios. Se aconseja hacer 4-5 ingestas diarias. Los cereales, pan, arroz y pasta, es decir los hidratos de carbono, deben constituir la base de la alimentación. Las frutas y verduras deberían estar presentes en 3-4 de estas ingestas. Se recomienda aumentar el consumo de legumbres en la dieta y en cambio limitar el consumo de aceites y grasas. Son tan importantes los alimentos que se consumen como su preparación, por lo que se recomienda comer carnes y pescados a la plancha o hervidos. Los pescados tienen el mismo aporte en proteínas que las carnes pero con menor valor energético, por lo que son muy recomendables. Es adecuada la ingesta de entre ½-1 litro de leche al día, que en mujeres con sobrepeso puede ser desnatada o semidesnatada.
Las mujeres no inmunizadas del toxoplasma deben evitar las carnes crudas y los embutidos poco curados. Es importante lavarse las manos después de manipular alimentos crudos, así como los utensilios de cocina. Las frutas y verduras deben estar bien lavadas o peladas.
Para favorecer las digestiones se aconseja evitar las comidas pesadas, con fritos, especias… fraccionar las ingestas en 4-5 al día de menor cantidad y masticar bien los alimentos. Las bebidas con gas y las colas pueden incrementar la acidez de estómago así como los picantes y el chocolate. Después de las comidas es recomendable mantenerse sentada o levantada 1 o 2 horas.
El consumo de alcohol, tabaco y drogas está totalmente desaconsejado en el embarazo. Los hijos de madres fumadoras tienen un peso medio al nacer menor que los de madres no fumadoras. No existe un filtro para el alcohol en la placenta por lo que el nivel de alcohol en sangre materna y fetal es el mismo.
HIGIENE ↷
Se recomienda al menos un baño o ducha diaria ya que la sudoración aumenta durante el embarazo. La higiene íntima debe hacerse con jabones neutros y evitar las irrigaciones vaginales.
La piel tiende a resecarse más por lo que es importante una buena hidratación para la prevención de estrías en la medida de lo posible. La depilación con cera caliente se desaconseja por favorecer la aparición de varices. La fotodepilación y la depilación con láser tampoco están recomendadas.
La higiene dental es también básica durante la gestación por el aumento en el número de caries, ceben cepillarse los dientes al menos 2-3 veces al día y hacer una visita al dentista.
La ropa debe ser más holgada, sin que apriete y sin dificultar los movimientos. Los zapatos de tacón alto deben evitarse por el riesgo de caídas, y los muy planos producen más dolor lumbar, por lo que lo ideal es un tacón bajo de base ancha.
Para evitar la hinchazón de las piernas no debe permanecerse muchas horas de pie, elevar las piernas cuando se está descansando y moverse si se permanece mucho tiempo sentada. Las medias de compresión son recomendables a tal efecto y deben evitarse los calcetines apretados, ligas… Duchas de agua fría a nivel de las extremidades inferiores también son efectivas.
DEPORTE ↷
El ejercicio físico con moderación es beneficioso tanto para la madre como para el feto. Se recomienda de 30-45 minutos de ejercicio 3 veces a la semana. Los deportes más adecuados son la marcha, la natación, el yoga, la bicicleta y la gimnasia de tonificación. Los deportes con vibraciones, riesgos de caídas o los de impacto se desaconsejan durante toda la gestación. Durante el segundo y tercer trimestre no deben hacerse ejercicios tumbada boca arriba para evitar mareos por compresión de la vena cava.
TRABAJO ↷
Excepto en embarazos de riesgo o profesiones en contacto con tóxicos se recomienda una actividad laboral normal, pero limitada al final del embarazo. Los trabajos que implican más de cinco horas de pie aumentan el riesgo de amenaza de parto prematuro. Las jornadas de más de ocho horas y los trabajos con más estrés disminuyen el peso medio del feto al nacer y aumentan el riesgo de hipertensión.
VIAJES ↷
Los viajes no están contraindicados, pero los destinos exóticos o con pocos recursos sanitarios no son recomendables. Durante los vuelos largos deben darse pequeños paseos frecuentemente para estimular la circulación sanguínea e hidratarse abundantemente. En los viajes en automóvil debe ponerse el cinturón de seguridad y hacer paradas cada 2 horas aproximadamente para ir al baño y dar paseos.
RELACIONES SEXUALES ↷
Las relaciones sexuales pueden mantenerse con normalidad durante el embarazo excepto en las gestaciones con riesgo de aborto o de parto prematuro, caso en que el médico lo indicaría. En el tramo final del embarazo si se produce la pérdida del tapón mucoso o una dilatación del cuello uterino también se desaconsejan las relaciones.
Fuente: Mapfre Consejos de Salud
El ácido fólico antes y durante el embarazo.
¡Si te cuidas también estás cuidando a tu bebé!
Por eso hoy desde Comat Matronas queremos hablarte de una de las cosas más importantes que puede hacer con objeto de prevenir defectos congénitos graves en tu hij@: Tomar a diario la cantidad necesaria de ácido fólico, muy especialmente antes de la concepción y durante la primera etapa del embarazo.
El ácido fólico es una vitamina B (B9) que está presente principalmente en los vegetales de hoja verde, tales como la col rizada y la espinaca, en el zumo de naranja y en los granos enriquecidos.
Este folato participa en la síntesis de ácido nucleicos, responsables del mantenimiento del material genético y de la expresión genética. Así, su deficiencia puede causar lo que se llama “Defecto del Tubo Neural” (DTN). El DTN significa una malformación de la médula espinal durante la fase embrionaria o fetal, y los más comunes son los siguientes:
- Espina bífida: el tubo neural no se cierra lo que da lugar a una serie de incapacidades que incluyen la parálisis de los miembros inferiores e hidrocefalia.
- Anencefalia: incompatible con la vida porque no se desarrolla la cavidad craneana.
- Encefalocele y mielomeningocele: defectos craneales.
Numerosos estudios han demostrado que la suplementación de 400mcg/día de ácido fólico, al menos durante un mes antes de la concepción y durante las primeras doce semanas del embarazo, previene la formación de tales defectos, ya que todos ellos ocurren durante las primeras semanas de embarazo, por lo que, en general, suceden antes de que la mujer sepa que está embarazada.
Es por esto que resulta de suma importancia que todas las mujeres en edad fértil tomen la cantidad necesaria de ácido fólico, no sólo aquellas que están buscando quedar embarazadas. ¡Y es que únicamente el 50% de los embarazos son planificados! Por lo que cualquier mujer que pueda quedar embarazada debe asegurarse de tomar la cantidad necesaria de ácido fólico.
Además, la suplementación con ácido fólico también puede evitar:
- Labio leporino.
- Anemias megaloblásticas en las últimas fases de gestación.
- Bajo peso del recién nacido.
Y por último, ¡ toma nota!
Incluso con una dieta equilibrada, no es posible alcanzar las necesidades de ácido fólico durante el embarazo, por lo que es necesario ingerir suplementos o alimentos enriquecidos con esta vitamina (hígado, legumbres, acelgas, espinacas, platanos, naranjas, fresas o frutos secos).
El masaje perineal durante el embarazo
El periné en el momento del parto
En el momento del expulsivo es habitual que se produzca una dilatación máxima del periné, la porción anatómica situada entre la vagina y el ano, con el fin de facilitar la salida de la cabeza del bebé. Es en ese momento en el que se pueden producir traumatismos en la zona, como desgarros o incisiones.
La práctica regular del masaje perineal a partir de la semana 32 de gestación ayuda a disminuir el riesgo de traumatismos y de partos instrumentales.
Se trata de un tipo de masaje que ayuda a incrementar la flexibilidad del periné, y aunque nos pueda resultar un gesto insignificante, lo cierto es que realizar esta técnica durante la gestación, reduce las posibilidades de sufrir un desgarro o episiotomía en un 15% ya que incrementa la elasticidad de la piel y los músculos del periné.
Cómo realizar el masaje perineal durante la gestación, paso a paso
Para realizar este ejercicio, inserta los pulgares de 2 cm a 4 cm dentro de la vagina y presiona hacia abajo, hacia el recto; mantén esta presión constante al tiempo que mueves los pulgares por los laterales de la vagina formando una “U”.
Permite que el perineo se relaje mientras realizas este masaje. Continúa masajeando durante 5 minutos cada vez y repite esta operación varios días alternos. Sigue el masaje con cinco contracciones fuertes de los músculos pélvicos. Estos son los músculos que tienes que contraer cuando quieres ir al baño pero debes aguantarte.
Al masajear y practicar este ejercicio de relajación tomarás conciencia de la sensación de presión que sentirás durante el parto. Al relajarte lo más posible durante el período de dilatación, te estarás preparando para expulsar al bebé cuando salga la cabeza al exterior. Y al contraer los músculos del piso pelviano, mantienes llosa fortaleza de los músculos y experimentarás las distintas sensaciones de tirantez y relajación de ellos.
Primeros efectos del masaje
Es posible que, durante las primeras semanas, la aplicación del masaje perineal pueda resultarnos un poco molesta. Para evitar estas molestias es recomendable que empecemos sin forzar los movimientos para que los tejidos se adapten poco a poco a las manipulaciones del masaje. Debido a que se encuentra en una zona de difícil acceso, sobre todo durante los últimos meses de la gestación, lo mismo nos resulta complicado aplicárnoslo nosotras mismas. En este caso, podemos recurrir a la colaboración de nuestra pareja e, incluso, hacer de esta técnica parte de los prolegómenos sexuales. Para ello la comunicación es muy importante. Tenemos que explicarle a nuestro compañero cómo debe hacerlo y cuánta presión puede ejercer para que no nos moleste.
Si somos constantes, en poco tiempo notaremos la zona más elástica y su aplicación dejará de ser molesta. Y por si aún te quedan dudas sobre cómo realizarlo, aquí te dejamos un vídeo que te será de mucha utilidad.
El puerperio paterno: lo que sienten los hombres.
¡La llegada de un bebé es un acontecimiento que nos cambia la vida y genera muchas expectativas alrededor de los futuros padres! Aunque cada uno de ellos lo perciba de distinta manera.
La futura mamá siente la presencia de su hijo desde muy temprano en el embarazo, a través de los síntomas que le anuncian al nuevo ser en gestación. A lo largo del embarazo ella va sintiendo los cambios, el crecimiento de su barriga, los movimientos del bebé, esa "compañía" permanente que hace que nunca se sienta sola, y todas las innumerables transformaciones por las que va atravesando no sólo su cuerpo, sino toda ella: los cambios de humor, la sensibilidad, ese estado tan particular de introspección que es a veces difícil de compartir y comprender por los demás....¡Ella está "distinta" en muchos sentidos!
Pero para el futuro papá las cosas son un poco diferentes, ya que aunque él conviva con esos cambios, nunca va a sentir lo que ella siente, por lo que su futuro hijo es en realidad un ser al que podrá acercarse y conectarse durante el embarazo, pero sólo en parte. Será el momento del nacimiento de gran expectativa para este papá y realmente cuando lo pueda ver, sentir, tocar, mirarlo, hablarle, se transformará para él en alguien más "real".
En la actualidad, se espera que éste tenga mucho más protagonismo respecto a su hijo que en tiempos pasados: deseamos que asista a las reuniones de preparto, que participe en el parto, que cambie los pañales, etc. Y si bien es cierto que los papás de hoy están genuinamente más cerca de todo ese proceso de gestación y parto, a veces se transforma en un exigencia, más que en algo placentero.
Desde Comat Matronas, creemos que es muy importante permitir que cada padre vaya construyendo la relación con su hijo de la manera que quiera, dándole la libertad y el lugar para que pueda ensayar distintos modos de estar con su hijo, tomándose todo el tiempo para ir encontrando "su" particular manera de ejercer la paternidad.
Y es por ello por lo que hoy queremos compartir este maravillosa entrada de la Psicóloga María José Gasc con vosotros:
«Cierro los ojos, respiro profundo y recuerdo… pongo las manos en mi vientre y vuelvo a sentir las contracciones, ese dolor adictivo. Siento el olor puro de la oxitocina en mi piel y al unísono de las canciones, resuena en mi mente la voz de mi compañero diciendo “Lo estás haciendo bien, cada vez menos…un poco más…tu puedes…eres tan valiente!”…y yo me siento cada vez más poderosa.
Mi piel húmeda de transpiración, mi cuerpo entregado al dolor para dar vida, y los recuerdos se aparecen… una luz de recuerdo de un “shhhh” de la voz de un hombre que me acunaba cuando tenía horas de vidas…después días, meses y así… recordando hasta el olor del perfume de mi papá.Llega la hora de más dolor…y nuestro miedo se hace realidad. Ya no hay olor a chocolate o jugo de Sandía…ahora hay olor a limpio, la gente con ropa verde y luces de fuerte intensidad…estamos en pabellón.
Mi compañero tomando mis manos y apoyando su cara junto a la mía. Puedo sentir su miedo y desconcierto. Puedo oler su temor y ansiedad…pero él ahí, con esa voz masculina pero suave haciéndome sentir única y acompañada.
Mi hijo nace, y las caras, ahora son solo de alegría y placer…la oxitocina vuelve…tímida pero aparece, y baña mi cuerpo para poder llenar mis pechos de leche…y él…mira, observa, se asombra, admira.
¿Qué nos pasa a nosotras cuando nuestro cuerpo rompe como volcán y damos vida?, ¿Qué pasa cuando renacemos como mujeres y ahora, en un cuerpo nuevo, diferente, cansado, tenemos el nombre de “Mamá”?… surge esta mágica fusión con nuestro hijo, nos bañamos e inundamos de hormonas ricas que nos ayudan a enamorarnos más y más de nuestro bebé… entramos y nos sumergimos en las olas del Puerperio.
¿Y ellos? ¿Y el papá de esa guagua? ¿El hombre que es 50% responsable de la existencia de esa vida?…¿Qué le pasa a él desde ese momento?…
Se enamoran de su hijo, pero no como nosotras…ellos, por primera vez sienten vibrar su corazón de amor hacia esa criatura indefensa por la cual, recién, darían la vida.
Tocan, huelen, miran…y se hacen a un costado…se asombran, es todo mágico…quizás demasiado mágico que les cuesta creer que sea verdad.Y llegamos a la casa, cansadas, con sueño, con ojeras, los pechos llenas de leche y si hubo cesárea…mucho dolor. Estamos agotadas, y las energías que nos quedan las ponemos al servicio de nuestr@ hij@, pues así manda el cuerpo y corazón…ya casi no queda mente.
Y ellos…, tocan, huelen, miran…y se hacen a un costado…se asombran, es todo mágico…quizás demasiado mágico que les cuesta creer que sea verdad.
Son las 3 de la mañana, nosotras cansadas, apenas hemos dormido. Hemos dado pecho o mamadera varias veces en la noche y miramos como él duerme plácidamente, como si no supiera lo que está pasando.. y empezamos “podría despertarse aunque sea para traerme un vaso de agua”…“Y después anda diciendo que la guagua duerme toda la noche”…“quién como él”…y seguimos…pues estamos inmersas en las olas, suaves y a veces tormentosas del Puerperio.Pero…¿Qué le pasa a él?, ¿Qué le pasa a este hombre que también renace desde una nueva identidad de ser padre…aunque sea su segundo o tercer hijo…vuelve a renacer, pero ahora con una nueva vida que entra en su mente y cuerpo, mientras observa una mujer que está entregando su cuerpo en un 100% a la vida, a la alimentación, a la sobrevivencia de su bebé…y él toca, huele, mira…y se hacen a un costado…se asombran, es todo mágico… quizás demasiado mágico que le cuesta creer que sea verdad.
Entonces comienza esa lucha, esa lucha de amor y admiración, esa lucha de intereses, donde hay un cuerpo de hombre cansado, con hambre y sueño y una mujer con hambre y sueño…dos adultos y un recién nacido que llora, come y duerme…dos cuerpos que en momentos se sintonizan y en otros no tanto.
Y comienza, este nuevo hombre, a ver que la madre de su hij@ ya no tiene el mismo cuerpo, que es un cuerpo aún mejor, que ahora da vida y resaltan las curvas acentuadas de la maternidad…pero ella, entregada en cuerpo y alma a la maternidad…muchas veces no lo ve…y entonces, ¿qué pasa?Todas tenemos experiencias diferentes, y desde el discurso podemos leer frases de desconsuelo, desamparo, admiración, agradecimiento y culpa hacia el padre de tu hijo o hija, y esto ocurre porque en ellos también resuena el presente, pasado y futuro…entra en juego las sombras y luces del pasado; las necesidades no resueltas, los llantos no atendidos, las mamaderas vacías, los pechos secos y las piezas solitarias, entra nuestro hombre, también en el Puerperio. Uno distinto al nuestro, donde no hay hormonas, no está esa “ruptura volcánica” que nosotras vivimos, pero definitivamente, el llanto de su cría, lo pone en contacto (al igual que a nosotras) con aspectos infantiles del pasado.
¿Qué le pasa a ese hombre que duerme “plácidamente” en las noches mientras nosotras con ojeras, pijamas mojados con leche y cansadas mecemos a nuestra criatura?…descansa…para salir a trabajar, descansa su cuerpo cansado de tocar, oler, mirar…y hacerse a un costado…de asombrarse, y sentir que todo es mágico…quizás demasiado mágico que le cuesta creer que sea verdad…y todos lo resuelven de distinta manera…algunos callados, otros proactivos con ganas de mudar, “sacar chanchitos”, mecer, hacer dormir, o simplemente no hacer nada…pero lo cierto es que “algo” pasa…y a “eso” que pasa, le he decidido prestar nombre y ponerle también “Puerperio”.
Si queremos criar con respeto y amor a nuestros hijos, también debemos predicar con el ejemplo, mostrar respeto a los que nos rodean y sobre todo a los que rodean a nuestros niños… por ejemplo su Papá. Un papá que muchas veces no entiende lo que pasa, un papá que quiere que su mujer deje de dar pecho… pero NO es porque sea egoísta y no sepa los beneficios de la lactancia… es más bien, porque este hombre ha entendido de alguna forma, que en la medida que su mujer de pecho, él no tiene acceso a ese cuerpo…y eso no es ni bueno ni malo… simplemente ES, y no sabe cómo reaccionar.
No hay culpables, solo personas con historia, luces y sombras…y no es la madre solamente quien necesita ser maternada y acogida en el Puerperio, es también el hombre que necesita ser informado y contenido, por otros hombres, por familia, amigos y también por nosotras.
La invitación no es a ser unas “Geishas”, es más bien a entender y empatizar con ellos de la misma manera en que queremos que nuestro hijo/a lo haga el día de mañana con otras personas, es mostrar con el ejemplo que entendemos que todos entramos en caos y que tal cual lo dice el famoso proverbio africano “Para criar un niño hace falta una tribu entera”, y creo fielmente que nuestros antepasados hacían alusión a ello, pensando justamente en la tribu entera, la cual se conforma por madres, hijos mayores, recién nacidos y hombres que son padres.»