Obstrucción mamaria y mastitis: ¿qué son y cómo tratarlas?
OBSTRUCCIÓN MAMARIA
Se trata de la obstrucción de algún conducto galactóforo causada por alteraciones de bacterias con capacidad de hacer biofilms. Esto significa que al proliferar las bacterias se adhieren a las paredes de los conductos junto con moléculas de calcio y los acaban taponando.
¿Qué se siente?
Una obstrucción se siente como un bulto duro y doloroso en algún cuadrante de una mama. La zona más habitual donde suele ocurrir es en el cuadrante superior que toca a la axila. Puede acompañarse de febrícula y malestar, pero si el bulto no está caliente ni rojo y no hay fiebre mayor de 38,5ºC no se considera mastitis, ya que la disbiosis bacteriana implicada es leve y se puede tratar fácilmente.
¿Qué hacer?
- NO aplicar calor local: está demostrado que dispara el crecimiento bacteriano y puede por lo tanto empeorar el cuadro.
- Durante la lactancia, colocar al niño de manera que la barbilla quede justo encima, o por lo menos en dirección a la obstrucción. Esto se hace porque la zona de pecho que queda mejor drenada es la que queda situada bajo la barbilla del bebé. Por ejemplo, si la obstrucción es en el cuadrante superior externo del pecho (tocando a la axila), la posición será en rugby (el niño por debajo del brazo, sus pies salen por detrás de la espalda y su cabeza descansa sobre tu mano).
- Si te queda una mano libre, masajea la zona en redondo y hacia el pezón mientras el niño mama.
- Si así te lo indican, puedes probar con un tratamiento de probióticos específicos para la lactancia.
MASTITIS
Tipos de mastitis
Actualmente resulta algo confuso hablar de mastitis, ya que se trata de una expresión genérica (literalmente significa “inflamación de la mama”) que profesionales e investigadores usan para referirse a patologías causadas por distintos tipos de cepas bacterianas y con distinta sintomatología.
Tradicionalmente, la mastitis se ha usado para referirse a un tipo concreto de infección, la causada por S. Aureus, que tiene una sintomatología muy concreta. Hoy en día, en gran parte de la bibliografía seguimos viendo que cuando se habla de mastitis se hace referencia exclusivamente a este tipo concreto de patología.
Otros investigadores han propuesto nuevas clasificaciones de mastitis en función del agente etiológico que produce la infección, aunque no todos usan esta clasificación:
TIPO DE MASTITIS | AGENTES ETIOLÓGICOS | SINTOMATOLOGÍA |
Agudas | S. Aureus | Enrojecimiento y dolor.
Aumento del tamaño de las mamas. Endurecimiento por zonas. Disminución de la secreción de leche. Síntomas de la gripe (fiebre, dolor muscular, temblores, malestar general…) Abscesos |
Subagudas | S. Epidermidis
Str. Mitis Str. Salivarius Rothia spp. Corynebacterium spp. |
Pinchazos, calambres y sensación de quemazón en el pecho.
Endurecimiento por zonas. Disminución de la secreción de leche. |
Granulomatosas | Coryn. Kroppenstedtii
Otras corynebacterias |
Masas inflamatorias dolorosas.
Consistencia firme. Inflamación cutánea (ocasionalmente). Puede provocar úlceras, abscesos, fístulas y supuraciones crónicas. Deformación del pecho. |
Subclínicas | S. Epidermidis
Str. Mitis Str. Salivarius Rothia spp. |
Ausencia de dolor.
Síntomas similares a mastitis subaguda. |
En este artículo nos referiremos exclusivamente a las llamadas “mastitis tradicionales”, “mastitis agudas” o simplemente “mastitis”, cuyo agente etiológico es el S. Aureus.
¿Qué se siente?
Si la madre tiene temblores, fiebre más alta de 38,5ºC (menos no se considera mastitis), malestar importante, sensación de debilidad, y una zona de un pecho dura y redondeada, muy caliente y roja, estaría sufriendo una mastitis o mastitis aguda. Es importante recalcar que provoca astenia y decaimiento, por lo que en ocasiones la madre no se siente capaz ni de sostener a su bebé en brazos.
¿Qué la provoca?
Se suele decir que la mastitis es una obstrucción que se ha infectado, aunque es más exacto describirlo como una proliferación de S. Aureus que se ha multiplicado hasta niveles que se consideran “infecciosos” desplazando al resto de la flora bacteriana. Normalmente ocurre en un solo pecho y en un solo cuadrante.
La leche humana contiene muchos tipos de bacterias conviviendo en armonía que forman parte de la inmunidad de la leche. En determinadas situaciones es posible que algunas cepas crezcan de manera excesiva y hagan desaparecer al resto, causando una disbiosis bacteriana grave.
Este principio es el mismo para todos los tipos de mastitis. Si quieres saber qué ocurre en el caso de mastitis subagudas (según la clasificación de la tabla anterior) puedes consultar nuestro informe sobre dolor de pezones causado por una infección.
A diferencia de lo que ocurre con otras especies de bacterias, el S. Aureus no suele estar presente en la glándula mamaria en condiciones fisiológicas. Sin embargo, muchas personas son portadoras de forma sintomática o asintomática y pueden colonizar la glándula mamaria durante la lactancia.
¿Qué hacer?
El primer paso es consultar con la comadrona o con el médico, que recomendarán antiinflamatorios/antipiréticos para bajar la fiebre y la inflamación, descanso en cama y, sobre todo, drenar ese pecho lo máximo posible. También es posible que pauten probióticos específicos para la lactancia materna.
Si no hay mejoría en un plazo de 24 o 48h el médico recetará un antibiótico compatible con la lactancia. Es importante seguir el tratamiento hasta el final aunque los síntomas desaparezcan en pocas horas, ya que una mastitis mal curada puede acabar en un absceso.
A pesar de ser una infección, la leche no le hace ningún daño al bebé. Es muy importante seguir dando de mamar del pecho afectado, pues dejar de amamantar podría facilitar que se desarrollara un absceso. La retención de leche dispara la fiebre, por lo que hay que mantener el pecho blando. Puede ser de ayuda un sacaleches si después de amamantar el pecho todavía está duro, aunque no siempre es fácil extraerse leche con mastitis.
Cuando hay una mastitis la leche se vuelve algo salada en el pecho afecto y algunos bebés lo rechazan. En estos casos es especialmente importante drenar con un sacaleches o de forma manual.
Es necesario hacer reposo durante unos días, y para ello será necesario tener el apoyo de la familia. A menudo, detrás de una mastitis hay un fuerte agotamiento de la mamá, o quizás fuertes tensiones familiares. Tener una mastitis es una manera que tiene nuestro cuerpo de llamarnos la atención y de hacer que miremos un poquito por nosotras.
ABSCESO MAMARIO
En un pequeño porcentaje de casos de mastitis, el tejido mamario reacciona tratando de aislar a las bacterias causantes de la mastitis en una cápsula de tejido conjuntivo, lo que conduce a la formación de abscesos. Los principales agentes etiológicos de abscesos son prácticamente los mismos que los causantes de mastitis, siendo el S. Aureus la principal especie implicada.
La mayoría de los abscesos mamarios tienen su origen en una mastitis infecciosa debido a un tratamiento tardío o inadecuado, a las características de la cepa bacteriana implicada o a la respuesta de la propia glándula mamaria.
¿Qué se siente?
La zona roja, caliente y dolorosa que había inicialmente en el pecho, se muestra ahora dura externamente, pero fluctuante a la palpación, con la piel muy roja, tensa y brillante. Es frecuente que ya no haya fiebre o solo febrícula y la madre se sienta algo mejor de estado general, pero el dolor es mayor.
¿Qué hacer?
La ecografía puede resultar útil en el diagnóstico y tratamiento del absceso mamario. Es posible puncionar con aguja guiada por ecografía y colocar un catéter de drenaje con buen resultado. Sin embargo, la actuación actual más frecuente es abrir y drenar en quirófano bajo anestesia general dejando un drenaje que se va retirando poco a poco y se mantiene durante varios días.
En estos casos sigue siendo importante que el niño mame, ya si se retiene leche empeora el cuadro. Para que el proceso sea más fácil, puedes pedir que en la medida de lo posible la incisión esté lo más alejada posible del pezón y la areola.
Lactancia Materna: algunos de sus beneficios
¿Sabías que si alimentas a tu bebé mediante Lactancia Materna tendrá todos los nutrientes que necesita? Ésta resulta el alimento perfecto para él, para la mamá e incluso para el Medio Ambiente y la Sociedad. No obstante, aunque en Comat Matronas somos conscientes de que la decisión de dar el pecho es una elección personal que la mamá debe tomar, consideramos que es algo muy importante que se conozcan todos sus beneficios.
Las mayores ventajas que la Lactancia Materna aporta a tu bebé:
• Es el alimento ideal
• El calostro le aporta anticuerpos al nacer
• El contacto físico con la madre beneficia a ambos
• Previene el síndrome de muerte súbita infantil
• Previene alergias
• Es más fácil de digerir.
• Previene la obesidad
• Protege al bebé a largo plazo
Algunos beneficios para la mamá:
• Favorece la recuperación tras el parto
• Reduce el sangrado uterino gracias a la liberación de oxitocina
• Aumenta el gasto calórico de la madre
• Reduce el riesgo de cáncer de mama, de ovarios y de cuello uterino
• Reduce el riesgo de anemia
• Ofrece protección contra la osteoporosis
• Es cómoda
• Es gratuita
• Está siempre preparada
Beneficios de la lactancia para el Medio Ambiente y la Sociedad:
• Es un recurso natural, seguro y renovable
• Ahorra agua
• No contamina
• No necesita de energía para producirla ni transportarla
• Contribuye a la reducción de la pobreza
Nuestro equipo de matronas podrá asesorarte, mostrarte cómo hacerlo y resolver todas tus dudas.
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Contracciones: esas grandes desconocidas
El útero es un órgano formado por tejido muscular, es por esa razón que tiene la capacidad de contraerse, provocando contracciones a lo largo de la vida de toda mujer, en innumerables ocasiones, no únicamente durante el embarazo o parto.
Existen diversos tipos de contracciones uterinas:
- Ovulación.
- Orgásmicas.
- Menstruales.
- Embarazo.
- Parto.
- Posparto...
Hoy en Comat Matronas vamos a centrarnos en conocer un poco mejor las contracciones del embarazo, parto y posparto, por ser esenciales para que dichas fases se desarrollen con total normalidad.
Si ya has sido mamá, seguramente sepas de lo que vamos a hablarte, pero si estás embarazada ahora, estamos seguros de que saber identificarlas y conocer su utilidad te resultará muy tranquilizador.
Contracciones en el embarazo
Es frecuente que alrededor de la semana 25 de embarazo aparezcan las denominadas contracciones de Braxton Hicks, caracterizadas porque:
- No son frecuentes.
- Es muy habitual que desaparezcan al cambiar de postura.
- No siguen un patrón.
Esto es debido a que el útero empieza a crecer más rápido para hacer sitio al bebé. En la recta final del embarazo aumenta su intensidad y frecuencia para ir preparando el cuello del útero para la dilatación.
Contracciones en el parto
Aunque como ya hemos adelantado, el útero se contrae con frecuencia en la gestación, ésto tiene un significado u otro dependiendo de lo avanzado del embarazo. En la recta final es cuando aparecen las contracciones de parto, las más conocidas (y temidas). Se caracterizan principalmente porque son rítmicas, frecuentes y su intensidad va en aumento.
Normalmente, las contracciones del trabajo del parto van siendo cada vez más frecuentes, entre 3 y 5 en 10 minutos; el intervalo transcurrido entre ellas suele ser de igual duración, cada vez más regulares; la intensidad de la contracción suele aumentar; y la duración de las contracciones van extendiéndose de 30 segundos hasta unos 75 segundos, llegando a casi encadenarse unas con otras y dificultando la recuperación entre ellas, ahí la importancia de la respiración.
Contracciones en el posparto
Son lo que conocemos habitualmente como “entuertos” y se inician durante las primeras horas tras el parto, pudiendo prolongarse días. Ellas permiten a la recién estrenada mamá expulsar los restos de membranas y coágulos que pueden quedar tras el parto, pudiendo ser más intensas si la madre amamanta al bebé, ya que desencadena un mecanismo de defensa natural, disminuyendo de este modo el sangrado posparto.
Preparándote para la Lactancia Materna.
La Lactancia Materna, además de ser uno de los mayores actos de amor entre madre e hijo y una forma más de prolongar el vínculo afectivo, es considerada, desde el punto de vista nutricional, la mejor opción para alimentar a tu bebé.
Mientras ambos disfrutáis de la lactancia materna, tu cuerpo también se beneficia, ya que la liberación de la hormona oxitocina ayuda a que el útero vuelva a su tamaño normal disminuyendo el riesgo de hemorragias postparto. Y por si te parecían pocas ventajas, previene enfermedades futuras como el cáncer de mama y la osteoporosis.
Por todo esto, desde Comat Matronas te recomendamos que durante todo el período de gestación, centres parte de tu esfuerzo por aprender sobre la maternidad en prepararte para la lactancia, del mismo modo que te preparas para el parto.
¿Cómo hacerlo? Es sencillo. ¡Tan sólo sigue estos 15 interesantísimos consejos de Espacio Lactancia!
1. Lee todo lo que puedas sobre lactancia materna. Los libros del Dr. Carlos González son una magnífica fuente de información de la que podrás aprender mucho.
2. Busca y acude a un grupo de apoyo de tu zona. Es importante ir para observar cómo se da el pecho y tener a una asesora/monitora de referencia a la que puedas contactar si después del nacimiento de tu bebé tienes dificultades.
3. Elabora una lista de dudas, miedos, mitos…, e intenta ir encontrando respuestas a todas ellas.
4. Infórmate de las señales de hambre del bebé, conocerlas te permitirá adelantarte a la demanda de tu bebé y estará más tranquilo y no llorará tanto.
5. Planifica la llegada de tu bebé: cuanto más respetado sea el parto mejor va a ser el inicio de la lactancia. Pide que tras el nacimiento tu bebé sea colocado sobre tu pecho y deja claro que no quieres que os separen, que tu bebé no va usar chupete y que si es necesario darle leche artificial o leche materna extraída eviten el biberón.
6. Infórmate de dónde puedes adquirir productos relacionados con la lactancia materna: sacaleches, botes de conservación, portabebés, etc...Puede ser que no los necesites pero es importante que tengas claro dónde conseguirlos si te hacen falta.
7. Una vez hayas parido disfruta de la experiencia de tener a tu bebé en contacto piel con piel y permitir que realice movimientos de búsqueda y se agarre al pecho el solo.
8. Si te duele pide ayuda, esperar no mejora el dolor.
9. Intenta reducir las visitas al hospital durante los primeros días, es importante que podáis disfrutar de intimidad para que puedas dar el pecho sin ser observada, ni oyendo comentarios. Así te vas a sentir más segura con el manejo de la lactancia.
10. Los bebés pierden peso los primeros tres días de vida, al quinto deberían empezar a ganar peso y lo deberían recuperar entorno a los 10-15 días.
11. No es necesario que peses a tu bebé cada día, para saber que todo va bien sus deposiciones pueden ser de gran ayuda: a partir del quinto día de vida deben hacer más de dos deposiciones del tamaño de una cuchara sopera, y de color mostaza. Los pipís tienen que ser claros y no dejar manchas oscuras o rosas en el pañal. Si tu bebé sólo toma pecho y no hace caca o tiene manchas rosas en el pañal, pide ayuda.
12. La lactancia materna funciona a demanda, siempre y cuando el bebé no sea prematuro, no esté enfermo y haya perdido demasiado peso, en ese caso la madre marcará la demanda para que el bebé haga entre 8 a 12 tomas en 24h.
13. La lactancia también es a demanda de la madre, si tienes el pecho lleno y un bebé dormilón, toca despertarle.
14. Pide ayuda a tu pareja y a tu familia. Déjate cuidar, así tu podrás ocuparte de tu bebé con más tranquilidad.
15. A amamantar se aprende, es un proceso maravilloso de confianza, una montaña rusa de sensaciones.
Y ahora, ¡déjate llevar y disfruta!